Érase un vez una princesa llamada Smilja…¿cómo?…¿que no era una princesa de verdad? ¡Vaya forma de empezar un cuento! Bueno, mejor empecemos a escribir esta historia de nuevo. Ibiza, 1971. La isla se ha convertido en un paraíso hippy, un enclave único que atrae a trotamundos de medio planeta. Estos jóvenes empiezan a adoptar una forma de vestir inspirada en el color blanco tan característico de las iglesias y las casas payesas. El algodón, los vestidos vaporosos, las enaguas, las puntillas, el choché…son los protagonistas de una nueva moda basada en la sencillez, la comodidad y lo auténtico. Así nace la moda Adlib, que toma su nombre de la expresión latina ‘ad libitum’, cuyo significado era “como guste”. Un lema muy apropiado para tiempos de utopía y libertad.
Aunque esta moda había surgido de forma espontánea, fue la princesa Smilja Mihailovich quien consiguió convertir en universal el sencillo vestido blanco ibicenco. Smilja, apellidada Constantinovich, nació en Serbia en 1918. Debido al avance del comunismo, se vio obligada a huir de su país y a iniciar un peregrianje que la llevaría por distintos países europeos: Italia, Inglaterra, Francia y, finalmente, España. Pocos datos se conocen de su pasado, aparte de que contrajo matrimonio en París con un diplomático yugoslavo, que le dio su apellido, Mihailovich, y del que se separó poco después de instalarse en Ibiza, a principios de los 60.
Amante de un rey
Según distintos testimonios -incluído el de la propia interesada- Smilja también conoció en París al destronado rey Pedro I de Yugoslavia y se convirtió en su amante. Esta historia habría propiciado que el monarca le concediera el título de princesa, que ella siempre utilizó para presentarse y que le vino muy bien para que se le abrieran las puertas de la alta sociedad. La Smilja que llegó a Ibiza era una mujer inteligente, bella y culta (hablaba siete idiomas), que prontó comenzó a codearse con la jet set de la isla y con los personajes relevantes del mundo de la política. En 1971 impulsó el primer desfile de moda Adlib, con el que oficialmente nacía un fenómeno que se ha hecho popular en todo el mundo. “Los hippies han sido más osados y han demostrado tener personalidad propia, personalidad a la hora de elegir y de fabricarse un simple vestido. Adlib es la moda de la libertad, quiere reflejar la libertad de este siglo en el que ha habido toda clase de progresos”. Así se expresaba la princesa en una entrevista con el periodista y escritor ibicenco Mariano Planells, publicada en su libro “Ibiza, la senda de los elefantes”.
Continuará…
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